Si eres un predicador del evangelio o un pastor o evangelista, deberías ser conocido por predicar el evangelio no por promover ideas políticas, ni por dar a conocer tu descontento en cuanto a los acontecimientos en el mundo entero, la separación de iglesia y estado comúnmente quiere decir que la Iglesia no interviene en los asuntos públicos; teniendo así cada parte una autonomía para tratar los temas relacionados con sus esferas de influencia.
El matrimonio gay o matrimonio entre personas del mismo sexo es una perversión de la institución del matrimonio y una ofensa al Dios que creó el matrimonio, como la aprobación al aborto o la manipulación genética. Como cristianos, no debemos tolerar o ignorar estas cosas, pero ¿En qué esfera se está moviendo la iglesia?
Todo asunto relacionado dentro de la iglesia es de competencia eclesiástica, pero fuera de ella no hay jurisdicción, solamente la predicación de la palabra de Dios. Como iglesia debemos de predicar el mensaje de la cruz, de la necesidad de un Salvador y cuando el hombre se entregue a Jesucristo entonces y solo entonces se confrontará por primera vez al único que puede convencer de pecado y de juicio, el Espíritu Santo, no existe pancarta o protesta en el mundo que pueda convencer al hombre o al gobierno o país que representa de su error, solamente lo puede hacer Jesucristo.
¿Cuáles son algunas de las características de la humanidad en los últimos días? II Timoteo 3:1-5. ¿De dónde viene la influencia que inspira la naturaleza humana? Efesios 2:2-3. ¿Podemos cambiar esto con activismo político? Para muchos gobernantes, la iglesia es un desafío político, por ejemplo; el catolicismo ha tratado de intervenir como una entidad moral para evitar guerras o conflictos a nivel mundial, lamentablemente hoy la iglesia católica ha perdido esta posición y ya no es mediadora de nadie, pero en si la iglesia representa un grupo por conveniencia que hay que mantener bajo raya o a favor (para aquellos gobernantes que buscan el apoyo de sus miembros) o en contra (de aquellos que hacen protesta a la aprobación de sus leyes). El problema es que la naturaleza humana, dentro de cada individuo y de toda la sociedad, es contraria al propósito de Dios. Todos los que son llamados a la verdad tienen que vencer su propia naturaleza humana y nadar en contra de la corriente de una sociedad hostil. Por eso se puede decir que cada cristiano tiene tres enemigos a vencer — el mundo (la sociedad), Satanás y nuestro propio ser, la pregunta que surge es: ¿Podremos llegar algún día a un acuerdo común?
Creo que lo más importante es entender que el objetivo de la iglesia, de acuerdo al propósito de Dios, no se encuentra en el activismo político. En ninguna parte de la Escritura se nos ordena invertir nuestra energía, nuestro tiempo, o nuestro dinero en los asuntos gubernamentales. Nuestra misión radica, no en cambiar a la nación a través de reformas políticas, sino en cambiar los corazones a través de la Palabra de Dios. Cuando los creyentes piensan que el crecimiento y la influencia de Cristo puede de alguna manera ser aliada de la política gubernamental, corrompen la misión de la iglesia.
Ahora dentro de la definición de política está, la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país o porque no decirlo una iglesia, nace la pregunta: ¿Existirá la política dentro de la iglesia?, claro que sí, el gobierno dentro de una iglesia funciona en forma parecida, lo que debemos de cuidar es que los asuntos políticos no sean de mayor influencia que la voluntad de Dios, porque ese sí que es otro gran problema, sabemos que el poder tiende a corromper a las más nobles personas, por tanto cuanto cuidado debe de tener una institución cristiana en honrar más a Dios que a los hombres.
De acuerdo a Mateo 28:16-20; Marcos 16:14-18; Lucas 24:36-49 y Juan 20:19-23, entendemos cual es la labor fundamental de la iglesia, nuestro único deseo con este artículo es dar a conocer a nuestros hermanos nuestra postura frente a todos los acontecimientos que están ocurriendo en diferentes países, en donde las autoridades están llevando a sus gobiernos a aceptar y promover leyes reñidas con la palabra de Dios. Nuestra labor será de predicar la sana doctrina y esperar al Señor Jesucristo haciendo lo que Él nos ha mandado a hacer.
Respetamos el “llamado” que alguien pueda tener al activismo de oposición pública, por lo menos nosotros, no lo tenemos.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16
Pr David Fuentes
Nota: Hay deberes cívicos que debemos de atender como ciudadanos, pero como nuestra labor es principalmente cristiana, no debemos de promover ninguna idea política usando el pulpito o la iglesia.