Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 1 Reyes 19:12
El silencio es parte de la música, se ocupa en el pentagrama tiene sus tiempos y valores. Cada figura musical cuenta con su correspondiente silencio que representa su mismo valor o duración, así como en el pentagrama los grandes compositores ocuparon muchas veces los silencios también para trasmitir un mensaje. Así también el creador ocupa el silencio como respuesta, o como prueba de su presencia.
Siempre ha habido una controversia del pasaje de 1 Reyes 19:12 en las diferentes versiones de la Biblia. Ejemplo en inglés, NIV (nueva versión internacional) gentle whisper = un gentil silbido; KJV (Version Biblia Rey Jacobo) still small voice = una voz pequeña; NABRE (nueva versión americana) a light silent sound = sonido de silencio; NRSV (nueva revisión estándar) sheer silence = silencio puro.
Al igual al español en algunas versiones: ligero susurro, brisa, silbido y/o ruido delicado del silencio. Charles Spurgeon lo llamó “una voz de un suave silencio”, para nosotros es mas conocido como “silbo apacible y delicado” RV1960. Se hace mención a este término tres veces en el antiguo testamento: 1 Reyes 19:12; Job 4:16 y Salmo 107:29
Esta fue la experiencia que vivió Elías, quien buscó la presencia o respuesta de Dios, quizás en el viento recio o en el terremoto, o en el fuego estremecedor, pero Dios no ocupó ninguno de estos impactantes elementos, sino que ocupó un suave silencio.
¿Silencio? ¿Quién puede entender que en un silencio haya alguna respuesta?
Lógicamente como siempre quisiéramos entender a Dios, pero Él, …responderá por los medios que quiera, puede ser por el viento, terremoto o fuego, o también puede hacerlo con una brisa suave. Claro está, que el ruido ensordecedor para nosotros representa mas a un Dios todopoderoso, pero también puede que todo ese poder en nuestra mente represente la confianza excesiva que equivocadamente podamos tener en las señales que queremos ver y no en un Dios invisible que premia la fe.
Lamentablemente, o favorablemente delante de Dios para los de poca fe, todo queda al descubierto. No es común retirarse en medio de una dificultad y poner todos nuestros problemas en unas manos que no ven, recibir instrucciones de una voz que no se oye, y mas encima confiar que todo aquello será solucionado.
Si muchas veces se duda de su presencia lógicamente que se dudará también de su respuesta.
Algunos consideran que Dios el Padre no respondió a Jesús cuando dijo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Mateo 26:39; o desde la cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Mateo 27:46, pero estoy seguro que Dios el Padre respondió con ese suave silencio a Su Hijo: …“Es necesario” en ese momento, cuando Cristo estaba en la cruz, no hubo nadie que detuviera Su mano, como lo hizo Él con Abraham, pero, aun así, era necesario. Ese instante es llamado “Cuando Dios el Padre, guardó silencio”.
Sé que para nosotros sería muy glorioso escuchar, ver, tocar, sentir la estremecedora intervención de Dios en medio de los grandes conflictos de nuestra vida, pero muchas veces es a través de ese silencio puro, cuando Dios nos está manifestando su respuesta, el alma muchas veces tan afanada no la percibe, pero el hombre interior entiende, ya que en la meditación de nuestro corazón, en ese sonido de silencio que crea la reflexión y el análisis en el Espíritu, es cuando nos damos cuenta de quién es Dios y de lo que nosotros somos delante de Él. Salmos 8
Muchas veces, las mas grandes batallas se han librado en la cámara secreta de la oración, allí en lo secreto Dios ha revelado sabiduría (Salmo 51:6), en esa intimidad es donde el alma se encuentra con su hacedor, y es allí en donde este poderoso y único Dios da testimonio a nuestro espíritu, a través de Su Espíritu, de que somos de Él.
No tenemos que cometer el error de esperarle en lo que nuestra imaginación dicte, Dios quiere que crezcamos en fe, necesitamos encontrarle si, pero, ya sea en el rugido del mar, viento, terremoto o fuego, o simplemente en la respuesta del silencio, todo esto sea para ponernos a la puerta de la cueva y que Él nos levante y quite todos nuestros temores.
Jesús, después que sus discípulos volvieron de su primer trabajo de evangelización, no encontraban facilidades para hablar con él a solas, ni siquiera tiempo para poder comer ante el bullicio de la gente, les dijo: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco” Marcos 6:30-32
Bueno es separarse de vez en cuando, a meditar y reflexionar en el silencio, para que sea Dios quien reordene nuestros sentidos y volvamos a consagrarnos a Él.
En el Salmo 19:1-6, hay una verdadera pieza musical, en donde Dios ocupa las notas, ritmos y silencios para comunicar un mensaje glorioso. “No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz, sin embargo por toda la tierra se extendió su mensaje”. ¡Qué maravilloso! los cielos, el firmamento un día habla a otro día y una noche a otra noche, todo comunicándose entre sí y declarando la gloria de Dios y sin lenguaje ni palabras ni ruido.
Amados, busquémosle en el silencio, sin duda el hablará y cuando te pregunte como le preguntó a su siervo: ¿Qué haces aquí Elías? ¿Qué le dirás?
¿Buscas tus respuestas en las grandes señales?
Pues presta oído, Él habla ya contigo sin rumor, pues a tu lado se ha sentado allí, no sientes tu la llama de Su amor, cuando te dice todo fue por ti.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Salmo 51:6
Pastor David F Fuentes