No paguéis a nadie mal por mal… Romanos 12:17

Carta de un hermano …….
Pastor: Cómo puedo hacer con mi vida, cometí errores administrativos en mi trabajo, que me llevaron a pasar 3 años en la cárcel, después de vivir todo este tiempo aferrado a Dios y buscando su perdón, salgo para encontrar un ambiente en parte de mi familia y también en la iglesia, tan hinóspito. Los primeros días todos me miraban tan diferente, que vos te sentís mejor en la cárcel, porque los que están allí es porque han cometido errores, pero en la iglesia al parecer soy para ellos un delincuente, sus miradas, su trato y la distancia que ahora tienen conmigo. …Creo que soy muy malo como para estar entre gente tan buena.
¿Qué puedo hacer? Hemos pensado con mi mujer cambiarnos de ciudad e ir a otra iglesia.
Le pido un consejo por favor.
……….

Respuesta……..

En base a esta realidad comparto parte de mi respuesta, que creo, me identifica también en gran manera.

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La agresión o violencia, ya sea física o verbal se caracteriza por acusaciones, insultos, amenazas, juicios, críticas degradantes, ordenes agresivas o gritos, que pueden llevar al grado de matar a otra persona.
Sabemos que todo esto fue parte de la vida de la primera iglesia. Los discípulos vieron esto muy de cerca hasta en el trato de las personas con Jesús mismo.
Por cierto los tiempos y la manera de hacer justicia sin ley ha cambiado en muchos lugares. No así el corazón que condena, que odia y que no descansa hasta no ver con sus ojos el mal en sus enemigos.

Podemos decir que hay comentarios, justos e injustos, más no es propio de cristianos vivir así, la Biblia dice que “todos somos pecadores” (Rom. 3:23) todos somos faltos delante de Dios, más Dios nos otorga lo que no merecíamos. Sabemos que la paga del pecado es muerte, más el regalo de Dios es “vida eterna” (Rom. 6:23), su misericordia nos alcanza, nos perdona, nos limpia, nos viste, para enviarnos a contar cuan grandes cosas Él ha hecho con nosotros.

Pero aún así no seremos librados de los que NO han entendido lo que es venir rendidos a Jesús.
Podemos haber cometido muchas faltas, más Dios nos da una gran oportunidad de venir a Él arrepentidos. (1Jn. 1:7)

Ahora ¿Cómo debe ser nuestra reacción frente a los que no entienden la misericordia de Dios o los que nos hacen guerra? ¿Los que predican la gracia porque la han conocido en sus propias vidas y la limitan para otros?

Dios nos da este consejo, a no ser vencidos por lo malo, a no pagar “A NADIE” mal por mal, a bendecir aún a nuestros enemigos y a “ESTAR” no procurar, no tratar sino “a estar en paz con todos”.

Amados
No solamente los que no conocen a Dios, los que viven perdidos en el mundo, o ateos o idólatras, y te persiguen por ser cristiano, no solamente a ellos hay que pagar con bien o bendecirlos. Sino también cuando escuchas el murmurar de los (tus) “hermanos” que algunos no descansan, no dan tregua, de los que se imaginan tal o cual cosa alimentados por los que hablan sin parar, inmisericordes, y que por más te esfuerces, te hacen sentir que no eres bienvenido, que aunque te vean todo el tiempo con tu rostro en tierra y te escuchen decir continuamente “se propicio a mi que soy pecador”, y te vean predicando siempre el evangelio o alabando a Dios, te sigan condenando. Contra ellos dice Dios que no tienes que hacer nada, sino dejárselo a Él (Rom. 12:19)

La ira, el odio, la venganza, nunca sanará tu corazón, pero si el perdón.
Recuerda es una lucha constante y hoy Dios te dice: NO SEAS VENCIDO DE LO MALO, SINO VENCE CON EL BIEN EL MAL.

No te preocupes por lo que digan o piensen de tí (Job 16:19). Si alguien habla mal de ti, serás un vencedor si tú no respondes de la misma manera. (Rom. 12:17)

Persecución Interna
Otra forma de Bullying

P DF

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