OYENDO SU VOZ

Una gran experiencia:

Todo iba bien, la forma era muy buena y los programas estaban dando resultado, al parecer sería una de las iglesias más floreciente de Estados Unidos.
De pronto algo paso… me pareció escuchar que alguien carraspeaba y quería llamar mi atención, no me di cuenta inmediatamente, hasta que puse oído a aquella voz que venía desde un lugar no visible, dijo… “No estoy de acuerdo, no me gusta, tengo otros planes”.
Quede asombrado, vino un temor, luego un gozo de escuchar aquella voz y no sabía qué hacer, nuevamente dijo… “No estoy de acuerdo, si hubiese querido me habría quedado con los miles que me seguían, pero no lo hice”.
Traté esta vez de reaccionar y caí de rodillas, lloré al escuchar esa voz que supuestamente había terminado de hablar, pero parecía que el ardor que había quedado en mi iba en aumento, parecía como si una hoja muy afilada me hubiese provocado un corte por dentro de mi pecho. Entendí que había hablado mi Dios, pero ahora me preguntaba, porque no está de acuerdo si al parecer es la primera vez que lo hacemos todo bien ya que vemos el resultado en las almas que llegan.
Entré en oración y busque su palabra, puse mi dedo y allí estaba su respuesta Mateo 28:16-20Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Jesús se apareció a sus discípulos y entendí que en su trayectoria preparó solo a doce hombres, aunque en mas de alguna oportunidad le siguió una multitud, Él no trató de quedarse con ellos, siempre volvió a los discípulos que había escogido. La respuesta a la promesa del Espíritu Santo, no fue dada a una multitud sino a los que esperaban, y eran tan solo 120.

Aquí estaba la enseñanza. Al parecer todos a nuestro alrededor basan el éxito en las cantidades de miembros y en los grandes edificios que construyen las llamadas mega-iglesias, sin embargo Jesús el hijo de Dios, dedicó la mayor parte de su tiempo en preparar solo a doce hombres.

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Cuan asombrado estaba Gedeón al ver que Dios le reducía cada vez más el ejército que había juntado para pelear contra los Madianitas. Y el admirado Saúl al ver a un niño que recogió piedras del rio para enfrentar al que amenazaba a Israel.
Así también nosotros, quedaremos asombrados, cuando él nos diga que nos ha levantado para pastorear, guiar o evangelizar en forma diferente, que no le gustan nuestros planes ya que en los suyos no está la ostentosidad ni la grandeza, ni el poder, el no habita en el ruido ensordecedor, él no quiere que aparezcan ni nuestros nombres siquiera, sino quiere que nos parezcamos a Él, Mateo 11:29; o al ejemplo de aquel que no quiso mencionar su nombre sino que decía, soy solo una voz que clama en el desierto. Juan 1:20-23

¿Cuántos hoy en día adoran al templo y no al Dios del templo? ¿Cuántos no saben que Él vive y está despierto?

Mi Santo Dios nos guíe, ya que la iglesia en “el mundo entero” está incorporando planes y programas de los cuales Dios no está de acuerdo, ya que se está adorando mas al hombre que a Dios, este busca el poder y la fama, también impera el orgullo babilónico, ya que hay muchos como Nabucodonosor, admirando los edificios que han construido y dispuestos a invertir más en ellos que en la gran comisión, lamentablemente han perdido la razón y la sensibilidad para escuchar el susurro divino. Dios nos libre y nos enseñe a negarnos a nosotros mismos y tomar su cruz.

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