Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Mateo 21:12-13
Cada vez hay más personas que buscan entretención en la iglesia y cada vez hay más personas que buscan entretenerlas, como dijera Spurgeon: “Llegará el día en el que, en lugar de haber pastores alimentando a las ovejas, habrán payasos entreteniendo a las cabras.” Y así es en estos días, aunque Spurgeon lo declaro hace muchos años. Dondequiera que uno esté, dondequiera que uno viaje en este mundo, habrán hombres en las iglesias que cuidan y pastorean bien a sus ovejas y habrán otros que son meros payasos, distrayendo y divirtiendo a sus cabras.
Debemos de entender que no podremos competir con la tecnología actual, si se trata de entretener Hollywood y muchos otros nos llevan la delantera.
Como el gozo de la salvación va desapareciendo de la vida de los asistentes al templo, estos buscan otras cosas, amenazando así con dejar las congregaciones por otras más modernas y que les atiendan mejor.
Sin darse cuenta culpan a sus pastores, sistema, doctrina y/o teología, pero nunca a sí mismos, se animan solo cuando hay eventos, misiones o visitas, pero al término de estos siguen tan secos como antes. Otros sienten que tienen algún talento mayor al cantar y en vez de alabar a Dios con ello, se preparan para entretener a los que buscan entretención, produciendo en ellos un mayor egocentrismo, decidiendo así comercializar con lo que Dios les ha dado y que es solo para Su alabanza. Y por último, como en el mundo atraen los espectáculos, luces y sonidos, también esto está entrando a la iglesia hoy, en vez de los cuadros bíblicos sencillos de antaño, se ha pasado a montajes de espectáculos dentro de los templos.
Si cantamos realmente para Dios, ¿Le preguntamos a Él que himno le gusta? Si hablamos que el templo es la casa de Dios, ¿Le preguntamos a Él cómo hacer los eventos? Si decimos que somos de Dios, ¿Vivimos de acuerdo a Sus preceptos?
Amado, la gracia, gozo y regocijo ofrecido por Dios no debería de depender de las cosas que recibimos en este mundo, por el contrario dice el Apóstol: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 8:38-39
Nuestro ruego debe ser: “Que el pueblo de Dios mantenga su fe”, y que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Efesios 4:14
Servir a Dios, es glorioso, y no debemos de hacerlo por las cosas que vayamos a recibir, sino porque Él es digno, porque Él es Dios, Santo y merece honra por lo que Él ha hecho por nuestras vidas. Juan 3:16
Vivimos en mundo de indiferencia. La vemos y la conocemos por todos lados. A la gente le gusta participar en muchas cosas, si pero en dónde no se le demande entrega. Dios nos guíe para que en Su iglesia haya mas consagración y menos espectáculos para entretener a los indiferentes, solo de esta manera (si el Señor no viene antes) daremos un legado de vida a nuestros jóvenes y niños.
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías 4:6b
DF