¿Se han alejado de usted familiares y/o amigos?
¿Ya no le visitan, ni le invitan a algún lugar?
¿Tiene amistades en Facebook que no escriben nada cuando usted comenta o muestra algo y le deprime?
¿Ya no le llaman ni escriben las amistades por teléfono o WhatsApp u otras redes sociales como solían hacerlo antes y esto le preocupa?
O se pregunta: ¿Qué habré hecho mal? Se habrán enojado? Por qué ya no me hablan, escriben, etc.?
Bueno, posiblemente usted esté experimentando:
- Olvido de parte de sus familiares o amistades
- Preocupación excesiva
- Estrés
- Depresión
- Inseguridad
- Síndrome de desconexión
- Ataques Espirituales
Quisiera compartir un comentario basado en:
Eclesiastés 3 “Todo tiene su tiempo”; Juan 13:34 “Amaos los unos a los otros” y Proverbios 17:17 “En todo tiempo ama el amigo”
Antes que nada, le advierto que somos familia cristiana o consanguínea, y será muy difícil deshacerse de mi por tanto, por mi parte “Yo le seguiré escribiendo” (lo escribo tratando de llegar primero a su corazón con una palabra de cariño)
Bueno, como es nuestra costumbre “cultural” y siempre queremos encontrar a quien culpar, podríamos decir que el problema está en la frialdad de las relaciones humanas que existen hoy en día. O quizás diríamos que el culpable es el que depende de un mensaje o de la aprobación de los demás para poder sentirse bien. O finalmente la culpa la tienen las redes sociales.
De acuerdo con la palabra de Dios Él nos enseña a usar el entendimiento, la sabiduría, para poder entender todas las cosas. Y creo que la respuesta se encuentra en: Cómo debemos actuar, pensar y vivir y que esto sea de forma balanceada para así no pecar, ya sea;
- Dándonos demasiada importancia
- Apegándonos de sobremanera a las redes sociales
- No respondiendo deliberadamente a quienes nos aman
- No atendiendo o visitando o demostrando nuestro amor a quienes Dios nos ha dado, como padres, familiares o amigos
- O simplemente dando lugar al diablo en nuestra mente para crear algo que no existe
“Todo tiene su tiempo”, nos dice el Señor en su palabra, pero también nos insta a “amarnos” y estimularnos y a reaccionar de forma activa cuando alguno está decaído o enfermo, el proverbista nos dice: “En todo tiempo” ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de prueba”.
Juzgue usted mi amado hermano(a) o familiar, qué está haciendo, cómo está ocupando su tiempo y/o cómo está interactuando con los demás.
¿Escribe o llama a sus padres, familia o amigos? O dice “ yo no sirvo para estar escribiendo, llamando o visitando a nadie”? ¿Revisa su correo o llamadas de forma normal?
Mi deseo no es molestarle o cargarme a algún lado, o promocionar o aconsejar a no usar las redes sociales diciendo que son malas o buenas” (nosotros las usamos continuamente como herramientas para la obra), solamente meditar en que hay que aplicar el principio de Eclesiastés 3, “todo tiene su tiempo”.
Puede que exista alguien con el deseo de desperdiciar su tiempo pidiendo que muchos le escriban o llamen, pero también puede haber algún decaído o necesitado, y nosotros estemos cayendo en encerrarnos en nosotros mismos o lo nuestro, cuando Dios siempre nos está llamando a no ser indiferentes, y animarnos y alentarnos los unos a otros.
Conclusión: Dios nos ayude en todo esto y seamos dirigidos por el Espíritu de Dios, para usar esa balanza del “tiempo”, de la mejor forma y así agradar a Dios y a los que nos rodean. Quisiera también agregar algo muy importante que nunca debe olvidar: “Dios le ama”
Salmo 27:10
Pastor DF